Para hacer realidad esta visión, elegimos el legendario Teatro Real, la principal casa de ópera de Madrid, que por una noche se transformó en un templo de lujo refinado. La suave luz de las lámparas de cristal, la majestuosidad de la decoración y un aire de misterio envolvieron a los invitados, haciéndolos sentir como si hubieran entrado en el corazón de una obra teatral.