Y así llegó el gran día. Un paseo por Barcelona, entre sus impresionantes monumentos, se convirtió en una experiencia inolvidable. Caminaban de la mano, inmersos en sus sentimientos, disfrutando de cada instante. Un fotógrafo los seguía, capturando la magia de su amor en cada foto. Su hijo, encantador y elegante con su sombrero, los acompañaba. Pero lo que no sabían era que él estaba a punto de desempeñar uno de los papeles más importantes en la vida de su familia, pero de eso hablaremos más adelante.